NVIDIA alcanza los 5 billones de dólares en valor bursátil y se consolida como la columna vertebral de la inteligencia artificial
por Manuel Naranjo 2NVIDIA ha superado la barrera de los 5 billones de dólares de capitalización bursátil. No es un simple número redondo: es un salto histórico que reordena el ránking global de grandes tecnológicas y pone a la IA en el centro del valor de mercado. La compañía cruza este umbral apenas tres meses después de haber pasado los 4 billones, con la acción tocando máximos intradía por encima de los 207 dólares y un conteo de 24.300 millones de títulos en circulación, suficiente para rebasar los 5,05 billones.
De GPU para juegos a “infraestructura de la IA”
Durante años, NVIDIA fue sinónimo de tarjetas gráficas para gaming y gráficos profesionales. La eclosión de la IA generativa ha reconvertido esa herencia en una ventaja estructural: sus arquitecturas (de Hopper a Blackwell) son hoy la columna vertebral del entrenamiento e inferencia de modelos de gran tamaño. Desde la irrupción pública de ChatGPT a finales de 2022, la acción se ha multiplicado por doce y el S&P 500 ha surfeado esa ola. El mercado ya no la ve como un proveedor de componentes, sino como un suministrador de capacidad de cómputo crítica para nubes, supercomputación y grandes plataformas.
Por qué ahora: demanda, pedidos y relato de futuro
El hito no llega en el vacío. En las últimas jornadas, el flujo de titulares ha sido especialmente favorable:
- Cartera de pedidos por 500.000 millones de dólares en procesadores para IA, comunicada en paralelo a su agenda de producto.
- Planes para siete supercomputadores de IA en colaboración con el Gobierno de EE. UU., reforzando su rol como proveedor estratégico.
- La narrativa de que los centros de datos de nueva generación pivotarán sobre su ecosistema de chips, networking y software, consolidando barreras de entrada.
Todo eso alimenta la visibilidad de ingresos y, sobre todo, el “derecho a ganar” en la siguiente etapa: pasar de vender lotes de hardware a monetizar la plataforma (CUDA, librerías, frameworks) y extender su control a la red (DPUs), el almacenamiento y el software de orquestación.

¿Exuberancia o precio justo? Las dudas razonables
Con un múltiplo que descuenta años de crecimiento, es legítimo preguntarse si estamos ante una valoración exigente. Varios analistas advierten de que, tras el primer superciclo de GPUs, el mercado pedirá flujo de caja sostenido y diversificación de clientes para mitigar concentración en unos pocos “hiperescalares”.
También planea el debate clásico: ¿estamos midiendo bien el TAM real de la IA generativa o estamos extrapolando curvas de adopción que, por definición, se aplanarán? Aun así, hasta la fecha no hay un sustituto claro en la gama más alta, y la alternativa más visible (AMD) sigue recortando distancia, pero no ha desbancado a NVIDIA en preferencia de los grandes entrenamientos.
El factor geopolítico: chips, exportaciones y poder blando
El ascenso de NVIDIA se lee también en clave geopolítica. Las restricciones de exportación de chips avanzados a China y el encaje de la cadena de suministro (desde TSMC a ASML) convierten cada anuncio en un movimiento estratégico. La compañía orbita, de facto, en el centro de la política industrial de EE. UU., con implicaciones para socios y rivales. Todo ello puede aportar viento de cola regulatorio… o ruido, si la diplomacia se enreda.
El espejo de la historia reciente
Poner los 5 billones en perspectiva ayuda: Apple necesitó más de una década para pasar de 1 a 3 billones; NVIDIA ha transitado de 2 a 4 billones en poco más de un año y ha coronado los 5 en cuestión de meses. Es la demostración de que el mercado está asignando prima de liderazgo al proveedor que controla la curva de cómputo en inteligencia artificial. La lectura alternativa es que nos hallamos en el pico de expectativas: si los casos de uso empresariales no aceleran monetización (más allá de pilotos y pruebas de concepto), el mercado exigirá pruebas de ROI con una dureza que no ha aplicado en 2023–2025.
Lo que esto significa para el resto
Para el sector, el mensaje es claro: la infraestructura vuelve al primer plano. Se empuja capex hacia centros de datos y redes; se espera más eficiencia energética por vatio de cómputo; y se abre una guerra por el control de la pila (hardware, red, software, modelos). Para Europa y España, donde la conversación suele quedarse en la capa de aplicaciones, el hito reaviva el debate sobre soberanía de cómputo y atracción de inversiones en infraestructura de IA.
El número impresiona, sí, pero lo importante es lo que revela: que en la era de la IA el valor se concentra en quien controla el rendimiento, el ecosistema y la disponibilidad de cómputo. NVIDIA ha llegado antes que nadie a los 5 billones porque, de momento, posee esas tres llaves.
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