Microsoft se ve obligada a recortar drásticamente sus objetivos de venta de IA ante la falta de interés empresarial

Microsoft declaró hace unos meses el inicio de la era de los agentes de IA, prometiendo una revolución en la productividad corporativa, pero la realidad del mercado está enfriando ese entusiasmo inicial. De hecho, hasta la propia compañía ha tenido que reconocer que es una tecnología incipiente. Según publica Ars Technica, la compañía ha tenido que reducir significativamente sus objetivos de crecimiento de ventas para sus productos de inteligencia artificial, después de que gran parte de su fuerza de ventas no lograra alcanzar las cuotas establecidas para el año fiscal que terminó en junio. Este ajuste es inusual para la tecnológica y sugiere un desajuste enorme entre la agresiva oferta de Redmond y la demanda real de las empresas.

Los datos filtrados son reveladores sobre el estado actual de la adopción de la IA en el entorno corporativo. En una unidad de ventas de Azure en Estados Unidos, el objetivo original era aumentar el gasto de los clientes en la plataforma Foundry, utilizada para desarrollar aplicaciones de IA, en un 50%. Sin embargo, menos de una quinta parte de los vendedores logró esa meta. Como respuesta pragmática, Microsoft ha reducido ese objetivo a aproximadamente un 25% para el año fiscal actual. En otras divisiones donde se esperaba duplicar las ventas, la directiva también ha tenido que recortar las expectativas a la mitad.

La competencia interna de ChatGPT y la inmadurez de los agentes autónomos frenan la adopción masiva

A la resistencia financiera de las empresas, que no parecen dispuestas a pagar precios premium por herramientas que aún están probando, se suma un problema de preferencia de usuario. Informes previos señalan que los comerciales de Microsoft encuentran dificultades para vender Copilot porque muchos empleados prefieren utilizar ChatGPT. Un caso ilustrativo es el de la farmacéutica Amgen, que adquirió licencias de Copilot para 20.000 empleados, pero observó que gran parte de la plantilla seguía trabajando con el chatbot de OpenAI, relegando la herramienta de Microsoft a tareas muy específicas dentro de Teams o Outlook.

Más allá de las cifras de ventas, existe un obstáculo técnico fundamental. Y es que los agentes de IA "autónomos" todavía no ofrecen la fiabilidad necesaria para procesos empresariales críticos. De hecho, algunos predicciones apuntan a que una gran parte de los proyectos relacionados con estos sistemas fracasarán. Aunque prometedores, siguen siendo propensos a alucinar. La fragilidad de los agentes actuales ante problemas nuevos o escenarios fuera de su entrenamiento hace que muchas corporaciones duden en automatizar tareas complejas sin una supervisión humana constante, lo que reduce el valor inmediato de la propuesta de Microsoft.

A pesar de este frenazo en la adopción por parte del cliente final, Microsoft continúa invirtiendo cifras récord en infraestructura, con un gasto de capital de casi 35.000 millones de dólares en su último trimestre fiscal. La paradoja actual es que gran parte de los ingresos de IA de la compañía provienen de alquilar su infraestructura en la nube a otras empresas de desarrollo de IA, y no tanto de las empresas tradicionales. Un escenario de inversiones ciruclares que algunos relacionan con una importante burbuja.

Fin del Artículo. ¡Cuéntanos algo en los Comentarios!