
La participación de Intel en servidores cae al 63% mientras AMD y ARM amplían mercado
por Manuel NaranjoDurante años, Intel ha sido la referencia absoluta en procesadores para servidores. No había rival que le tosiera. Tenía el mercado prácticamente en exclusiva y eso no parecía que fuera a cambiar, hasta que AMD decidió mover ficha. Lo hizo sin prisas, pero con mucha claridad. Con la llegada de sus procesadores EPYC, empezó a recortar distancias paso a paso, ganando terreno de forma constante.
Tanto, que a finales de 2024 consiguió superar a Intel en ingresos dentro del sector de servidores. Y ojo, esto no es flor de un día ni una cifra puntual: es el reflejo de una tendencia que lleva años cocinándose y que ahora empieza a notarse de verdad.
De tenerlo todo a ceder terreno: cómo ha cambiado el panorama
Para entender lo que está ocurriendo ahora, conviene mirar atrás. En 2017, Intel tenía prácticamente todo el mercado de servidores en sus manos. Hablamos de una cuota cercana al 100 %. AMD apenas contaba y ARM era poco más que un nombre en el radar. Pero entonces llegó la arquitectura Zen, y con ella, una serie de productos mucho más competitivos por parte de AMD.
En 2020, la compañía ya había recuperado un 10 % de cuota. Unos años después, esa cuota dio un salto importante. Buena parte del mérito estuvo en que Intel se atascó con Sapphire Rapids, una de sus apuestas más importantes, que terminó llegando tarde y con más complicaciones de las previstas. AMD, que venía con los deberes bien hechos, no desaprovechó el momento y siguió ganando terreno, mientras su principal rival empezaba a notar la presión.
A día de hoy, los últimos informes de firmas como IDC o Mercury Research sitúan a AMD con un 33 % del mercado por ingresos, mientras que Intel ha caído al 63 %. Pero lo más relevante es lo que viene: las estimaciones para 2025 apuntan a un 36 % para AMD, y si todo sigue igual, podría alcanzar el 40 % en 2027. Por su parte, Intel seguiría a la baja, cayendo por debajo del 50 %, mientras ARM ganaría peso y se movería en torno al 10 o 12 %.
Eso sí, todo esto se mide en ingresos, no en unidades vendidas. AMD ha sabido posicionarse especialmente bien en el segmento de alto rendimiento, donde los precios y márgenes son mayores, mientras Intel mantiene su fortaleza en configuraciones más económicas, lo que equilibra el volumen.
Por ahora, no parece que esta tendencia vaya a cambiar pronto. AMD mantiene una hoja de ruta muy sólida, sigue sacando músculo en innovación y aprovecha cada resbalón de su rival. Intel, por su parte, tiene puestas sus esperanzas en la futura serie Xeon 6, pero de momento, los datos no reflejan aún ese supuesto giro.
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