ASUS pone en marcha una supercomputadora de IA con NVIDIA Blackwell y Grace: 81,55 PFLOPS, refrigeración líquida total y puesto TOP500

La carrera por las supercomputadoras de inteligencia artificial ya no es solo cosa de Estados Unidos, Europa o China. Taiwán acaba de mover ficha con una instalación muy seria: una nueva supercomputadora de IA fruto de la colaboración entre ASUS y el Centro Nacional de Computación de Alto Rendimiento (NCHC). El sistema ya está operativo y nace con una misión clara: dar músculo de cómputo al ecosistema de IA del país, tanto a nivel académico como industrial.

El corazón de este proyecto es Nano4, un sistema que combina una arquitectura de computación dual con hardware de última generación de NVIDIA y un diseño de refrigeración líquida integral que no se suele ver fuera de los grandes centros de datos. El resultado son 81,55 PFLOPS de rendimiento en la lista TOP500 y el puesto número 29 del mundo, una tarjeta de presentación nada despreciable para una instalación que se estrena centrada en IA generativa, big data y HPC.

Arquitectura dual con lo último de NVIDIA

Uno de los puntos diferenciales de esta supercomputadora es que no se limita a un único tipo de nodo. El NCHC y ASUS han optado por una arquitectura de computación dual para poder atacar distintos tipos de cargas de trabajo con la misma plataforma.

Por un lado está el clúster basado en el sistema ESC NM2N721-E1 diseñado por ASUS alrededor de la arquitectura NVIDIA GB200 NVL72. Cada rack integra 36 CPU NVIDIA Grace y 72 GPU NVIDIA Blackwell enlazadas a alta velocidad, un diseño pensado para entrenar y afinar modelos de IA de gran tamaño donde importa tanto la potencia bruta como el ancho de banda entre chips.

En paralelo, el centro cuenta con servidores ASUS de alto rendimiento que aportan flexibilidad y escalabilidad adicional. Aquí entran en juego los sistemas con NVIDIA HGX H200, refrigeración líquida directa al chip y los servidores ESC8000-E12 con aceleración basada en GPU NVIDIA MGX H200 y enlaces NVLink Bridge. Este abanico de nodos permite desde entrenamientos masivos hasta tareas de inferencia, simulaciones científicas o análisis de grandes volúmenes de datos.

Mover decenas de GPU Blackwell y H200 al límite tiene un coste térmico enorme. Para evitar convertir la sala en un horno y, de paso, mantener bajo control la factura eléctrica, ASUS ha diseñado la supercomputadora desde cero con refrigeración líquida directa (DLC).

En lugar de depender de aire frío circulando entre servidores, el calor se extrae directamente de los componentes críticos mediante bloques de agua y circuitos cerrados.

En la métrica de PUE (Power Usage Effectiveness), el complejo logra un valor de 1,18, muy por debajo de lo habitual en centros de datos convencionales.

Almacenamiento preparado para la avalancha de datos

Una supercomputadora de IA no sirve de mucho sin un subsistema de almacenamiento a la altura. Los modelos de IA generativa y los proyectos de ciencia de datos trabajan con petabytes de información, y acceder a ellos con la menor latencia posible es tan importante como disponer de muchas GPU.

Para cubrir esta parte, ASUS ha desplegado servidores de almacenamiento OJ340A-RS60 y RS501A-E12-RS12U, preparados para configuraciones all-flash, sistemas por niveles y copias de seguridad integradas. Soportan archivos, objetos y bloques, de forma que el mismo backend puede alimentar tanto aplicaciones de IA como cargas clásicas de HPC.

Además, la compañía ha tirado de casa para acelerar la puesta en marcha con ASUS Infrastructure Deployment Center (AIDC), su solución de automatización para clústeres de alto rendimiento.

Servicios profesionales y escalado a medida

Más allá del hardware, ASUS está aprovechando este proyecto para reforzar su posición como integrador de referencia en supercomputación de IA. La compañía no solo suministra servidores y racks, sino que también ofrece Servicios Profesionales que cubren la validación de la infraestructura, la integración con sistemas de red y almacenamiento existentes y la optimización de la refrigeración líquida.

La idea es que organizaciones públicas y privadas puedan replicar, adaptar o escalar este tipo de instalaciones sin tener que construir todo el conocimiento desde cero. Con décadas de experiencia en servidores y centros de datos, y un historial de más de 1.900 récords en benchmarks SPEC CPU y más de 230 marcas en MLPerf, ASUS busca convertirse en un socio estratégico para quienes quieran dar el salto a la IA a gran escala.

Para Taiwán, la nueva supercomputadora del NCHC va bastante más allá de una simple lista de especificaciones técnicas. Se convierte en una pieza clave para atraer proyectos de investigación, startups de IA y colaboraciones internacionales.

También es una forma de demostrar que el ecosistema taiwanés no solo fabrica chips y componentes, sino que es capaz de construir y operar infraestructuras completas de próxima generación. En un contexto en el que la IA se ha convertido en activo estratégico, disponer de una máquina como Nano4, con arquitectura dual, refrigeración líquida integral y un diseño orientado a la sostenibilidad, es una declaración de intenciones.

En resumidas cuentas, la alianza entre ASUS y el NCHC coloca a Taiwán en el mapa de la supercomputación de IA con un sistema moderno, eficiente y preparado para las próximas oleadas de modelos y aplicaciones. Y, de paso, refuerza el papel de ASUS como uno de los grandes nombres a seguir cuando se habla de infraestructura para inteligencia artificial a escala masiva.

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