
La guerra tecnológica entre China y Estados Unidos continúa. Ya hemos visto cómo esta rivalidad ha empujado a Apple a optar por la IA de Baidu en el país asiático o a que TikTok casi desaparezca en EUA. Es evidente que ambos países no se fían el uno del otro, pero lo de Microsoft está en otro nivel. Esta empresa ha dejado de permitir que sus ingenieros con sede en China brinden soporte técnico a la nube militar de Estados Unidos.
El cambio afecta directamente a los servicios de su plataforma Azure vinculados al Departamento de Defensa, y responde a crecientes preocupaciones de seguridad nacional. La decisión se produjo días después de que un informe detallado revelara que Microsoft había recurrido durante al menos una década a personal técnico ubicado en China para trabajar en servicios en la nube del Pentágono. Aunque estos ingenieros estaban supervisados por empleados estadounidenses con autorización de seguridad, el informe señaló deficiencias en el control y una posible brecha de ciberseguridad. Sin duda, este no es un tema baladí.
El Pentágono anuncia una revisión interna
Según ha confirmado Microsoft, el soporte técnico a clientes gubernamentales será prestado únicamente por equipos de ingeniería fuera de China. La medida busca evitar riesgos en un contexto de tensiones tecnológicas entre Washington y Pekín.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, calificó esta práctica como "inaceptable" y anunció una revisión de dos semanas para detectar otros posibles acuerdos similares. La cuestión es que el informe también cuestionaba la eficacia de los supervisores estadounidenses, conocidos como "escoltas digitales", por su limitada capacidad técnica para monitorear al personal extranjero, lo que habría facilitado la aparición de posibles vulnerabilidades.
Azure, la nube de Microsoft, representa más de una cuarta parte de los ingresos de la compañía, y compite directamente con Amazon Web Services y Google Cloud en contratos gubernamentales. Microsoft, que en 2019 obtuvo un contrato de defensa por 10.000 millones de dólares, forma parte del grupo de proveedores adjudicatarios del acuerdo JADC2 de 9.000 millones firmado en 2022.
Por su parte, la compañía asegura que ha cumplido todas las regulaciones vigentes y que colabora con las autoridades para potenciar sus mecanismos de protección. Según ha indicado, el objetivo es garantizar que ninguna parte de su infraestructura crítica dependa de personal ubicado en territorios que, para Estados Unidos, son considerados de riesgo.
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