
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha revelado su intención de atraer a gigantes de la fabricación de semiconductores como TSMC o Samsung para que establezcan plantas de producción en Francia. El objetivo es claro: desarrollar una industria nacional para producir chips de vanguardia, en un rango que iría desde los 2 nm hasta los 10 nm. De hecho, parece que Samsung está cerca de conseguir su nuevo Exynos 2600 de 2 nanómetros que vendrá en los nuevos Galaxy tope de gama.
Durante su intervención en la conferencia VivaTech, Macron subrayó que la autosuficiencia en el suministro de semiconductores se ha convertido en una necesidad para Francia y para los países europeos. Hay que recordar que la carrera por la innovación tecnológica en Europa también pasa por convertirse en el continente de la IA. También se han anunciado enormes inversiones para crear una cadena de suministros de semiconductores.
Lo que es evidente es que esta iniciativa se enmarca en una tendencia global donde las naciones buscan reducir su dependencia externa y asegurar sus propias cadenas de suministro, un movimiento impulsado inicialmente por Estados Unidos. Para Francia, contar con una fábrica de este calibre es fundamental para su soberanía tecnológica.
Sin embargo, a nadie se le escapa que el plan se enfrenta a importantes retos. Aunque Europa ya ha dado un paso adelante con el anuncio de una fábrica de TSMC en Alemania, existen dudas sobre la rapidez con la que esta instalación estará operativa y su capacidad para satisfacer la demanda de todo el continente. Además, la industria francesa, especialmente la automotriz, consume principalmente nodos más maduros, como el de 16 nm, lo que genera dudas sobre la viabilidad comercial de una planta de chips de última generación en el país.
A pesar de las dificultades, la motivación de Francia es también geopolítica. Europa necesita encontrar un proveedor estable para evitar depender de Estados Unidos, lo que podría implicar pagar aranceles adicionales, o de China, lo que aumentaría la influencia del gigante asiático en la región. Por ahora, aunque las perspectivas de que TSMC o Samsung se instalen en Francia parecen escasas, la carrera por la autosuficiencia en el sector de los chips en Europa ya ha comenzado.
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