OpenAI declara el código rojo y paraliza sus proyectos secundarios: el avance de Google y Gemini tiene la culpa
por Edgar OteroLa situación interna en OpenAI ha sufrido un cambio drástico ante el avance acelerado de sus competidores directos. Según ha revelado una información publicada por The Wall Street Journal, el director ejecutivo de la compañía, Sam Altman, ha emitido un memorando interno en el que declara el estado de "código rojo" para toda la organización. Esta medida de urgencia implica una reestructuración inmediata de las prioridades: la mayoría de los proyectos en desarrollo quedarán aparcados para volcar todos los recursos humanos y técnicos en su producto estrella, ChatGPT.
El objetivo de esta maniobra es claro. Altman ha instado a su equipo a mejorar la personalización, la velocidad y la fiabilidad de su modelo de lenguaje principal, que actualmente es GPT-5.1. La empresa busca que su inteligencia artificial sea capaz de abarcar una gama más amplia de temas con mayor solvencia. Esta decisión llega justo cuando se cumplen tres años del lanzamiento original de ChatGPT, un momento en el que la ventaja competitiva que ostentaba la firma parece haberse diluido frente a sus rivales.
La competencia se ha intensificado notablemente en el último trimestre de 2025. La mayor amenaza actual proviene de Google, que a principios de noviembre lanzó Gemini 3 Pro, integrándolo profundamente en su ecosistema de servicios. De hecho, parece que, debido al éxito, Google ha tenido que recortar los límites para usuarios gratuitos. A esto se suma la presión de Anthropic, que a finales del mes pasado presentó Claude Opus 4.5, ganando tracción rápidamente en el sector empresarial. Otros actores como Meta con LLaMA y la empresa china DeepSeek, continúan trabajando en sus respectivos modelos.
Pérdidas millonarias y una respuesta inminente
Este movimiento también responde a una creciente presión financiera. Microsoft, el principal inversor de OpenAI con una participación del 27%, reportó recientemente unas pérdidas de 3.100 millones de dólares atribuidas a la compañía de IA durante su primer trimestre fiscal. A pesar de no haber generado beneficios en su década de historia, OpenAI mantiene un ritmo de gasto vertiginoso, invirtiendo miles de millones en centros de datos masivos y acuerdos de hardware, como el firmado recientemente con AMD para asegurar el suministro de chips.
La urgencia por recuperar el liderazgo técnico es palpable. Aunque OpenAI sigue liderando en ciertos aspectos, el lanzamiento de GPT-5 el pasado mes de agosto de 2025 dejó un sabor agridulce. Ahora, la compañía se prepara para contraatacar: se espera que la próxima semana presenten un nuevo modelo diseñado para desafiar directamente a la última versión de Gemini y calmar las inquietudes sobre su viabilidad a largo plazo.
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